Después de más de una década, China ha anunciado que dejará de enviar niños al extranjero para su adopción. Esta decisión marca un cambio significativo con respecto al período en el que estaba en vigor la estricta política del hijo único del país.
Esta nueva política llega en un momento en que China se enfrenta a desafíos para aumentar su tasa de natalidad y alentar a las parejas jóvenes a casarse y tener hijos, después de dos años consecutivos de disminución de la población.
Más temprano el jueves, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, declaró que el gobierno chino ha revisado su política de adopción transfronteriza para alinearse mejor con las prácticas internacionales.
Al hablar sobre esta política, Mao dijo: «Excepto en el caso de la adopción de un niño o hijastro de parientes consanguíneos dentro de las tres generaciones que vengan a China para su adopción, China ya no enviará niños al extranjero».
También expresó su gratitud a los gobiernos y familias extranjeros que habían mostrado interés en adoptar niños chinos, reconociendo sus buenas intenciones y amabilidad.
Además de China, los Países Bajos también prohibieron a sus ciudadanos adoptar internacionalmente en mayo. Además, en Dinamarca, solo una agencia de adopción ha cesado sus operaciones. Deteniendo así las adopciones internacionales.