A medida que la tecnología avanza y nuestra dependencia de los dispositivos electrónicos crece, nuestro estilo de vida ha cambiado drásticamente. El cambio hacia una existencia más sedentaria nos ha hecho vulnerables a una serie de problemas de salud, incluyendo diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas. Una afección preocupante que ha visto un aumento en las últimas décadas es la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Esta enfermedad afecta a individuos de todas las edades con una frecuencia alarmante.
¿Qué es la Enfermedad del Hígado Graso? La enfermedad del hígado graso se caracteriza por una acumulación anormal de grasa en el hígado. Esta condición puede llevar a síntomas como dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, hinchazón en las piernas y fatiga. En sus primeras etapas, la enfermedad del hígado graso puede pasar desapercibida, pero a medida que la acumulación de grasa aumenta, los problemas pueden multiplicarse. Las personas diabéticas, obesas o que llevan un estilo de vida poco saludable son particularmente susceptibles. Sin embargo, incluso las personas desnutridas o que consumen excesiva comida chatarra pueden verse afectadas.**
Factores que Contribuyen a la Enfermedad del Hígado Graso Cambios en la Dieta Un factor importante que contribuye a la enfermedad del hígado graso son nuestros cambios en los hábitos alimenticios. Nuestra dieta ha pasado de alimentos básicos tradicionales como granos, legumbres y vegetales a alimentos más procesados como hamburguesas, sandwiches y pollo frito. A menudo, comer se ha convertido más en una cuestión de placer